Camila Beltrand, astrónoma y vecina: “El cielo es nuestro patrimonio y todos podemos protegerlo”
La doctora en astronomía advierte sobre los efectos de la contaminación lumínica en la Región de Coquimbo y llama a la ciudadanía a involucrarse en su cuidado. “No se trata solo de astronomía, se trata de salud, biodiversidad y patrimonio”
Desde Iquique a los cielos de La Serena
Camila Beltrand es doctora en astronomía, ciclista aficionada y profesora universitaria. Nació en Iquique, estudió en Concepción y hoy reside en La Serena, donde desarrolla su vida personal y profesional bajo uno de los cielos más limpios del planeta.
“Mi amor por la astronomía comenzó en cuarto básico, con una disertación sobre el sistema solar. Desde entonces supe que quería mirar el cielo por el resto de mi vida”, recuerda.
Actualmente se desempeña como docente en la Universidad Central, mientras postula a fondos para seguir investigando galaxias lejanas y colaborando en proyectos científicos desde la Región de Coquimbo.
La importancia de mirar hacia arriba
Camila Beltrand subraya que los cielos del hemisferio sur, y en especial de la región, son únicos: permiten observar el centro de nuestra galaxia, algo imposible desde el hemisferio norte.
“Cuando vamos al valle y miramos esa franja negra llena de estrellas, estamos viendo el corazón de la Vía Láctea. Eso no lo pueden ver en el norte del mundo. Aquí es parte de nuestra vida cotidiana”.
Contaminación lumínica: una amenaza creciente
Pese a este privilegio natural, la región enfrenta un serio desafío: el aumento de la contaminación lumínica. Beltrán explica que este fenómeno no solo afecta la observación astronómica, sino también la salud humana y los ecosistemas.
“La luz azul, que se usa en muchas luminarias, altera nuestro sueño, interfiere con la reproducción de animales y desorienta a las aves. Iluminar el cielo es perder estrellas, salud y biodiversidad”.
Una norma que busca proteger el cielo
Para enfrentar este problema, se aprobó una nueva norma lumínica que exige orientar las luminarias hacia abajo, limitar el uso de luces frías y apagar los letreros publicitarios a medianoche. Además, la Universidad de La Serena está implementando el proyecto Ilumina Conciencia, que instalará más de 30 sensores en la región para medir la contaminación lumínica en tiempo real.
“Lo que debemos hacer es iluminar hacia abajo, no hacia el cielo. Cuando iluminamos el cielo, perdemos estrellas, salud y biodiversidad”, afirma con convicción.
Acciones desde casa: todos podemos aportar
Camila insiste en que el cuidado del cielo no es solo tarea de los astrónomos o autoridades. Cambiar a luces cálidas en el hogar, apagar las que no se usan y fiscalizar luminarias mal orientadas son pasos concretos que cualquier persona puede tomar.
“Todos podemos contribuir. Si vemos una cancha o un letrero que ilumina mal, hay oficinas donde denunciar. Debemos ser parte activa del cambio”, señala.
Lugares para maravillarse
Entre los mejores puntos para observar las estrellas en la región, Camila recomienda el Parque Nacional Fray Jorge, que cuenta con certificación Starlight y apenas un 4% de contaminación lumínica. También destaca el Valle de Elqui y Valle del Limarí, sobre todo la comuna de Río Hurtado como espacios ideales para disfrutar del cielo a ojo desnudo.
Tecnología para explorar el universo
Para quienes deseen comenzar a conocer el cielo, recomienda aplicaciones como Night Sky View y Stellarium. Esta última permite incluso viajar en el tiempo y ver cómo se veía el cielo en fechas históricas.
El futuro de la astronomía está en Chile
Chile albergará el 60% de la capacidad astronómica mundial al 2030. Uno de los hitos más esperados es el Observatorio Vera Rubin, que mapeará el cielo cada tres noches durante una década, permitiendo detectar fenómenos en tiempo real.
“El cielo no solo es para los astrónomos. Es un patrimonio de todos y debemos exigir que se cuide desde lo público y lo privado”, concluye Camila.
Un llamado a cuidar el cielo
Camila Beltrand cierra la entrevista con una invitación directa a la comunidad: mirar el cielo, disfrutarlo y defenderlo. “No esperemos que se vayan los observatorios para reaccionar. Hoy tenemos la oportunidad de cuidar este cielo privilegiado que es parte de nuestra identidad. Que no se apague”.