La Serena y Coquimbo: hacia una metrópolis con identidad propia
La arquitecta Francesca Vives analizó los principales desafíos urbanos de la conurbación y llamó a construir una ciudad ordenada, integrada y con oportunidades para todos.
Francesca Vives, arquitecta e investigadora urbana, participó en una conversación ciudadana para explicar los desafíos actuales que enfrentan La Serena y Coquimbo, ciudades que han dejado de ser núcleos aislados para conformar una conurbación en proceso de convertirse en área metropolitana.
Con el apoyo de mapas y planos, abordó temas como el crecimiento desordenado, los asentamientos informales, la falta de espacios públicos y la escasa conectividad urbana.
¿Qué es una conurbación?
“Cuando dos núcleos urbanos crecen hasta encontrarse en sus márgenes, hablamos de una conurbación”, explicó Vives, mostrando planos de ambas comunas. En el caso de La Serena y Coquimbo, este proceso ha generado oportunidades de integración, pero también nuevos desafíos en términos de planificación.
El patrimonio olvidado y los riesgos de la expansión
La profesional destacó el valor del casco histórico serenense, pero advirtió que su deterioro revela una urgencia por proteger el patrimonio:
“Hay que reconocerlo, visitarlo y cuidarlo. Ya se han aprobado fondos para el Museo al Aire Libre, pero es solo el comienzo”.
Asimismo, alertó sobre la expansión hacia la periferia sin planificación, lo que ha dado paso a asentamientos informales y vertederos clandestinos, especialmente en sectores como Las Compañías.
Gobernanza y conectividad: el gran reto metropolitano
Uno de los principales problemas detectados por la arquitecta es la falta de coordinación entre ambas comunas en temas como el transporte y la planificación territorial.
“Hoy cruzamos una calle y ya estamos en otra comuna. La movilidad entre La Serena y Coquimbo requiere de una mirada conjunta”, enfatizó.
En este contexto, valoró la reciente declaración del “Coquimbo Metropolitano” como una oportunidad para establecer alianzas entre municipios, juntas de vecinos, instituciones públicas y privadas.
“No hay una sola entidad responsable: la gobernanza metropolitana debe ser colaborativa”.
Oportunidades desde la historia: el legado ferroviario
Una de las propuestas más llamativas de la arquitecta es aprovechar la infraestructura existente, especialmente la línea férrea que recorre ambas comunas.
“¿Por qué no pensar en un sistema de transporte metropolitano que use esta vía, compartiendo espacio entre la carga minera y pasajeros en horarios punta?”
La idea apunta a reutilizar el trazado ferroviario no solo como eje de movilidad, sino como una conexión estructurante para toda la conurbación, incluso hacia el valle interior.
Parques y espacios públicos: otra deuda pendiente
Francesca también se refirió a la falta de espacios públicos de calidad, señalando que muchos parques están abandonados o requieren inversión en seguridad y mantención.
“Hoy Parque Col necesita cuidados, Pedro de Valdivia está olvidado, y el único bien mantenido es el Parque Japonés, pero es privado”.
Recalcó que la ciudadanía necesita acceso equitativo a áreas verdes, y que las mitigaciones privadas no están siendo suficientes para resolver esta carencia.
La planificación urbana como eje central
Consultada sobre el desafío más urgente para el desarrollo de la conurbación, Vives no dudó:
“La planificación urbana. Este crecimiento debe ser ordenado, con acceso a servicios, conectividad y calidad de vida para todos”.
Agregó que el crecimiento rápido, aunque positivo, debe ir acompañado de estrategias que equilibren desarrollo con sostenibilidad y respeto por el entorno natural.
Un llamado a la ciudadanía
La entrevista cerró con un mensaje directo a los vecinos y vecinas de la zona:
“Tenemos que tratar nuestra ciudad con cariño. Entenderla, recorrerla, y participar en su construcción. Solo así lograremos una metrópolis ordenada, sustentable y con identidad”.